La Unión Europea ha marcado como un objetivo prioritario la neutralidad de carbono para el año 2050. Las altas emisiones de CO2 que liberamos cada día a la atmósfera propician el calentamiento global, creando un manto cada vez más denso y provocando que la temperatura del planeta Tierra ascienda.
Esto está generando una serie de problemáticas como las subidas del nivel del mar, alteraciones en la cadena alimenticia o aumentos extremos en la temperatura, entre otras, y una de las mejores opciones para rebajar estas consecuencias y lograr la descarbonización pasa por la electrificación de la economía.
Seguro que te preguntas de qué trata este concepto, así que te lo contamos todo en este artículo.
¿Qué es la electrificación?
La definición de electrificación corresponde al proceso de sustitución de aquellas tecnologías que usan combustibles fósiles, como son el carbón, el petróleo o el gas natural, por otras que funcionen a partir de electricidad. También podemos definir este concepto como el modo de descarbonizar el consumo final de energía en distintos sectores, como en el transporte, la construcción o la industria.
La electrificación se encuentra en el centro del camino hacia la transición energética, y se caracteriza por facilitar el desarrollo de las energías renovables, la evolución de las redes de distribución y una revolución en el uso de energía.
Otro término íntimamente relacionado es la electrificación con usos productivos, que se refiere al uso de electricidad para proveer servicios que antes se nutrían de otras fuentes de energía, como los combustibles fósiles. Los coches y autobuses eléctricos son ejemplos de electrificación con usos productivos.
Otro ejemplo lo encontramos en la electrificación del uso de energía en los edificios: sector en el que la participación de la electricidad en la demanda final de energía crecerá del 42% en 2030 al 72% para 2050 gracias al uso de bombas de calor y demás intervenciones. Impulsar la progresiva electrificación de nuestros edificios ayuda a reemplazar los combustibles fósiles necesarios para los sistemas de calefacción y refrigeración.
Principales sectores que deben electrificarse
Como ya hemos mencionado, la electricidad obtenida gracias a fuentes renovables puede reemplazar el uso directo de combustibles fósiles, y esto es aún más necesario en aquellos sectores que son la principal causa de emisiones de gases de efecto invernadero. Entre las que encontramos:
- Transporte: el coche es el vehículo que mayor cantidad de CO2 emite por pasajero, mientras que los vehículos eléctricos son entre tres y cinco veces más eficientes que los de motor de combustión interna, por eso en nuestro país está previsto que en 2030 alrededor de cinco millones de este tipo de automóviles circulen por las carreteras.
- Edificios: solo en España, en las últimas tres décadas se han construido más de 8.000.000 viviendas, a las que si sumamos edificios públicos y construcciones antiguas, obtenemos una inmensa cantidad de edificios necesitados de energía. Por esto son necesarias las estrategias de reducción, como por ejemplo, el intercambio de las calderas de gasoil o gas por bombas de calor que reducen hasta cuatro veces la energía utilizada.
- Industria: si se electrifican sus procesos productivos, la intensidad de energía utilizada disminuye significativamente, siendo este uno de los objetivos a alcanzar con la transformación digital de la Industria 4.0.
¿Qué beneficios ofrece la electrificación?
El principal objetivo de la electrificación es la reducción de emisiones de gases contaminantes a la atmósfera, pero no es el único, ya que este proceso trae consigo otros beneficios. Te los contamos:
- Independencia energética: el abandono de combustibles fósiles y el aumento del uso de electricidad permite una menor dependencia de terceros que nos suministren dichos combustibles.
- Creación de empleo: El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 prevé que la inversión en energía renovable podría generar entre 107.000 y 135.000 empleos para el año 2030. Además, según previsiones, el cambio de modelo energético podría llegar a crear cerca de 120.000 empleos indirectos anualmente.
- Menor agotamiento de energía: y es que, los combustibles fósiles, no sólo resultan altamente perjudiciales, sino que también acarrean otros problemas como la dificultad de abastecimiento o el agotamiento de los recursos. Como ya sabemos, la energía de origen fósil tiene un fin establecido, ya que es extraída y consumida, pero esto no ocurre con la energía eléctrica, en la que los recursos naturales son solo un medio para obtener la energía final, pero no pueden ser agotados.
- Conseguir hogares y oficinas inteligentes: los dispositivos electrónicos se encuentran cada vez más conectados gracias a las oportunidades de las nuevas tecnologías, lo que permite una digitalización de hogares y edificios, abriendo camino a las Smart Homes y Smart Buildings, los nuevos inmuebles de las ciudades inteligentes. Estas digitalización no solo aporta mayor flexibilidad y comodidad, también nos ayuda a mejorar la eficiencia y reduce tiempos y costes.
- Ahorro en nuestras facturas: otra de las mayores ventajas de las renovables es su rentabilidad, siendo la fuente de energía eléctrica más económica posible. Con el aumento de generación de energía a partir de renovables, disminuirá el coste medio en la factura que pagamos los consumidores.
Importancia de la electrificación
La electricidad producida a partir de fuentes de energía renovables es actualmente la solución más eficiente y rentable para conseguir reducir la emisión de gases de efecto invernadero.
Además de fomentar la producción de electricidad basada en energías renovables, la descarbonización requiere la electrificación de la demanda de energía, es decir, que los hogares y empresas hagan un mayor uso de la electricidad en vez de emplear tecnologías con emisiones de CO2.
La electricidad es por tanto el vector energético clave para combatir el cambio climático y proteger el medioambiente.
Por eso desde LRP Energy queremos unirnos a esta lucha y ofrecer las mejores soluciones de autoconsumo fotovoltaico, con unos plazos que garanticen el mínimo periodo de amortización y ahorro en las facturas de entre el 50% y el 70%.
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