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¿Qué es el movimiento zero waste?

Cero residuos, o residuo cero es como conocemos en castellano a la expresión zero waste, tan popular hoy en día y que implica reutilizar los productos que ya tenemos para que no se devuelvan al medioambiente en forma de residuos o basura. 

Un proceso imprescindible para alargar el ciclo de vida de los objetos sería el reciclaje, y una mayor exigencia a la hora de incluir en su composición la mayor cantidad posible de materiales biodegradables que no dañen al planeta. 

Si quieres saber la importancia y todo lo que implica este nuevo modelo de consumo, ¡no te pierdas nuestro artículo!

Definición del movimiento zero waste

Conseguir “la conservación de todos los recursos mediante la producción, el consumo, la reutilización y la recuperación responsable de todos los productos, embalajes y materiales, sin quemarlos y sin vertidos al suelo, al agua o al aire para que no amenacen el medioambiente o la salud humana” es la definición más completa del movimiento zero waste, según la Alianza Internacional Zero Waste (ZWIA)

Para esta organización, lograr esta meta involucra a productos y fabricantes a la hora de decidir si siguen o no sus ideales, pero también está en manos de cada consumidor respecto a los compromisos favorables a esa causa. No podemos olvidar que cambiar nuestros hábitos y prioridades en el día a día involucra a toda la sociedad, igual que instituciones y gobiernos, que juegan un papel clave a la hora de aprobar normativas beneficiosas para este movimiento. 

Para entender del todo este concepto, hay que destacar la regla principal en la que se basa, conocida como las 5 R´s:

  • Rechazar lo que no necesitamos. 
  • Reducir los productos que sí son necesarios. 
  • Reutilizar materiales, envoltorios y envases, y siempre siguiendo la recomendación de utilizar productos de segunda mano. 
  • Reciclar todo lo que no es posible rechazar ni reducir. 
  • Riot”, concepto inglés que define la acción de descomponer o compostar la materia orgánica para obtener abono natural.

Origen del movimiento

Uno de los precursores conocidos del movimiento fue Paul Palmer, que en 2005 publicó su libro “Getting to Zero Waste”, donde analiza los diferentes métodos de reciclaje y de la gestión de residuos. En su obra también recoge una serie de recomendaciones sobre cómo implantar este modo de vida en nuestro día a día.

Pero fue la escritora y activista ambiental Bea Johnson la que popularizó este concepto, y así adquirió dimensión internacional. Ante el constante daño que la actividad humana provocaba en la naturaleza, la escritora reflexionó sobre el futuro que dejaría a sus hijos en nuestro planeta, por lo que en 2009 decidió abrir un blog bajo el nombre “Zero Waste Home”, donde comenzó a narrar los pasos a seguir para adoptar un modelo de vida más respetuoso con el medio natural. 

En 2013 su blog ya era tan popular que se materializó en un libro, traducido en más de 20 idiomas, y que ya es una guía esencial para quienes buscan adoptar este estilo de vida. 

Importancia del modelo zero waste

Según el Programa de Medio Ambiente de Naciones Unidas (PNUMA), una sola persona es capaz de producir de media alrededor de 480 kilos de basura al año. Cifras que necesitamos reducir cuánto antes. 

Por eso, los movimientos sostenibles son esenciales para dirigirnos hacia un modelo de producción y consumo basado en la economía circular y el desarrollo sostenible. Pero aún queda mucho por hacer para reducir los niveles de residuos, ya que según el Banco Mundial, solo en las urbes se generaron 2.010 millones de toneladas de residuos sólidos en 2016, es decir, 0.74 kilos por persona y día. Y si no se promueve con éxito una política global de residuo cero, dicha cifra alcanzaría los 3.400 millones de toneladas en 2050.

Medidas implementadas

Por suerte, numerosos países y asociaciones están tomando medidas para mejorar esta situación. Un ejemplo sería el cobro de las bolsas de plástico en tiendas y supermercados para reducir su uso, debido a que se encuentran entre los objetos que más contaminan los océanos, junto con las colillas de cigarrillos, envoltorios de comida o botellas plásticas, según Ocean Conservancy

Este objetivo de reducir el uso de bolsas de plástico es una directiva del Parlamento Europeo que incluye incentivos industriales para desarrollar alternativas menos contaminantes y la recogida del 90% de los envases de plástico de un solo uso de las bebidas para 2025.

España ya se encuentra legislando con este objetivo, prohibiendo el uso, comercialización, importación y exportación de utensilios de un solo uso como platos, tazas, cubiertos o pajitas desechables y que sean fabricados íntegramente con plásticos. 

En LRP Energy apostamos por avanzar hacia un futuro más sostenible y basado en modelos de consumo más eficientes con los residuos.