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La energía solar fotovoltaica contra el cambio climático

El calentamiento global es cada vez un problema más acuciante, y esto nos hace comprender que el modelo de vida actual, y principalmente nuestra producción y consumo energético no es sostenible. 

En un contexto actual de incertidumbre ante la escasez de combustibles fósiles, con un aumento exponencial de la temperatura media del planeta y con unos límites de emisión de carbono cada vez más estrictos, las tecnologías de las energías renovables surgen cada vez más como la alternativa necesaria para afrontar un cambio en el consumo energético. 

Así mismo, la energía solar fotovoltaica se presenta como una de las formas de generación de electricidad más limpias, ya que no produce ningún tipo de emisiones mientras se genera y diversos estudios han demostrado que la huella de carbono durante su ciclo de vida es inferior a la de los combustibles fósiles. 

Pero, ¿qué es la energía solar fotovoltaica?

Aunque ya es por todos conocida, es importante saber en qué consiste la energía solar fotovoltaica para llegar a comprender el impacto positivo que tiene en nuestro planeta y el medio ambiente. 

Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE) la energía solar fotovoltaica aprovecha la radiación solar transformándola directamente en energía eléctrica gracias al efecto fotovoltaico, consistente en la emisión de electrones por un material cuando se le ilumina con radiación electromagnética (en este caso radiación solar).

Las instalaciones solares fotovoltaicas pueden ser básicamente de dos tipos: aisladas, y orientadas fundamentalmente a aplicaciones de bombeo, señalización, comunicaciones y electrificación rural; e instalaciones conectadas a la red eléctrica, orientadas al autoconsumo y a la venta de la energía eléctrica producida. 

Beneficios ecológicos de los paneles solares

Las instalaciones fotovoltaicas poseen múltiples beneficios asociados pero el más importante, y sin duda el que más nos incumbe en este artículo, es la reducción de consumo proveniente de la red. Los paneles generan su propia electricidad, por lo que el consumo de la red eléctrica será menor, y esto deriva en una reducción de las emisiones asociadas a la generación de electricidad. 

En el mix español de 2018 fueron de 246 gCO2/kWh de media, lo que significa que por cada kW producido mediante generación renovable, evitamos la emisión de 246g de CO2 a la atmósfera. 

Otro beneficio importante de implementar esta tecnología es la reducción de enfermedades relacionadas con la contaminación como puede ser la neumonía, bronquitis, asma o ataques al corazón. Dicha reducción de emisiones repercutirá directamente en la salud de los ciudadanos y el dinero destinado a sanar estas enfermedades podría aprovecharse en otras partidas. 

También impide que los ecosistemas sean devastados por refinerías o empresas que dependan de la creación de combustibles fósiles, y favorecen el cese de daños medioambientales, como la tala de árboles o la contaminación de aguas. 

Situación actual en España

Nuestro país se encuentra dando firmes pasos en su proceso de transición energética, y una gran prueba de ello son los datos que se desprenden del año pasado, 2021, momento en el que las energías renovables mejoraron sus marcas, especialmente la solar fotovoltaica. De esta manera, a lo largo del año pasado la potencia instalada de esta tecnología se incrementó un 28,8%, incorporando más de 3.300 MW al parque de generación nacional. 

Este impulso permitió que su producción eléctrica experimentase un aumento cercano al 37% tal y como recoge el Avance del Informe del Sistema Eléctrico Español 2021, documento que se publica anualmente con las principales magnitudes del sector en España.

En dicho año 2021, las tecnologías renovables continuaron su crecimiento en el parque generador del país, y es que, a cierre de año, representaban el 56,6% de la capacidad de producción nacional con 112.846 MW. En total nuestro sistema eléctrico nacional ha sumado este año pasado más de 4.000 nuevos MW renovables.

Y es que, ya es conocido que la energía solar es una opción obvia para un futuro con bajas emisiones de carbono y con energía fiable y duradera; además no sólo contribuiría a mitigar el cambio climático, sino que permite estimular las economías, crear puestos de trabajo y mejorar la integridad y seguridad de la red. 

Es por esto que los gobiernos, sobre todo la Unión Europea y en consecuencia el gobierno de nuestro país, ya se están movilizando para fomentar la implementación de esta producción de energía limpia.

Prueba de ello son las nuevas normativas regulatorias, que ya te explicamos en detalle en artículos anteriores, que buscan favorecer esta tecnología reduciendo los impedimentos que encontrábamos en el pasado y que han lastrado su crecimiento. 

También sabemos ya que Europa ve en las instalaciones fotovoltaicas la mejor alternativa de presente y de futuro, pretendiendo duplicar la capacidad fotovoltaica para 2050 y la instalación de 600 GW para 2030. De esta manera, se quiere promover la instalación de paneles solares tanto en viviendas residenciales como en edificios comerciales. 

Además, cada vez encontramos más empresas que apuestan por la energía solar fotovoltaica para reducir el coste de su factura eléctrica, reforzando al mismo tiempo su compromiso medioambiental corporativo y les aporta un valor diferencial y mayor competitividad con respecto a las empresas que no disponen de este tipo de instalaciones. 

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